Villa de Merlo, costumbres y sabores

Texto y Fotos: Patricia Veltri

Los pueblos y ciudades suelen concentrar su historia alrededor de la plaza principal. Así sucede claramente en el caso de Villa de Merlo, en la provincia de San Luis, que aunque se trata de una ciudad que supera los 45 mil habitantes, tiene impronta de pueblo.

Se advierte por su gente que pasea a ritmo lento y toma mate en la plaza principal.

La ciudad se ubica sobre la falda occidental de las Sierras de los Comechingones en el extremo noreste de San Luis. Y es la característica que condiciona los paseos, siempre de cara al Este.

La plaza lleva el nombre del Marqués de Sobremonte porque fue quien decidió allí la fundación de la que sería la actual Villa de Merlo, cuando gobernaba desde Tucumán hasta Córdoba abarcando San Luis. En 1794, Juan de Videla visitó el paraje que se conocía como Piedra Blanca y al ver que el lugar se propiciaba para fundar una villa lo comunicó a Sobremonte. El 1º de enero de 1797 se oficializó la fundación de la Villa de Melo, en honor a Pedro Melo de Portugal.

Los primeros pobladores se habían asentado a partir de 1720 y  de esa época es la capilla consagrada a Nuestra Señora del Rosario que se ubica frente a la plaza. Como una imagen de tela al óleo, es de estilo barroco y de líneas simples, con muros de adobe. Fue declarada Monumento Nacional en 1961.

Pegada a la capilla histórica se levanta el nuevo templo consagrado a la misma virgen y que tiene una particularidad: los tirantes de su techo son de El Viejo Gasómetro, como se llamaba a la primera cancha de fútbol del club San Lorenzo

Otro hito es el aljibe comunal. En parte es una réplica a semejanza del que se había construido en 1880 pero el pozo es el original,  revestido con ladrillones de la época y el gran farol ahora con foquitos antes alumbraba con velones de cebo. Por más de medio siglo el aljibe comunal cubrió las necesidades de agua de la población.

Villa de Merlo se jacta de tener el tercer microclima del mundo. Tal vez por eso, aún en invierno, acompaña un sol radiante con cielo diáfano ideal para practicar una de las actividades al aire libre que propone la Secretaría de Turismo local.

Se trata de un recorrido en bicicleta que abarca 5 km de sierras.  La actividad es gratuita, grupal, con guia, y proveen bicicleta y casco.  El circuito parte desde un sitio cercano al centro de la ciudad y se llega hasta la reserva municipal Viejo Molino, donde pasa un arroyo que marca el límite entre San Luis y Córdoba.

Es de exigencia media por lo que no requiere tener un gran estado físico ni entrenamiento. El alto a mitad del paseo, que se da a orillas del arroyo, permite contemplar las sierras, sacar fotos.

Se recomienda subir al Mirador del Sol donde hay una panorámica al valle y puede apreciarse la vegetación autóctona de molles, por ejemplo. Hay puestos de artesanías donde destacan las piedras que se extraen en el lugar y al que se le atribuyen distintas propiedades energéticas según su color.

Aunque la fundación de Villa de Merlo se remonta a finales del 1700 y se conservan construcciones y fachadas antiguas, la ciudad tiene una fisonomía nueva con paseos de compras, galerías, casino y una importante infraestructura de hoteles y cabañas, que van desde un hotel con cancha de golf hasta hosterías y camping.

Sabores de Villa de Merlo

Los sabores de Villa de Merlo tienen tres estrellas bien definidas. Una es la cerveza artesanal con una docena de productores locales. Otra es la dulce que tiene su representación en la Fiesta Nacional de la Dulzura y la tercera es la del chivito. Hay varios sitios donde darse el gusto con este destacado plato de la gastronomía típica: puede ser en plena sierra en el mirador Cabeza del Indio, rodeado de un paisaje de naturaleza, y en todas sus formas posibles de cocción que incluye el método alcestral “al pozo” , en horno de barro, al disco y a la parrilla. Sino también en plena ciudad hay varias parrillas donde se los prepara a las llamas y a la vista, aunque sus asadores prefieran no revelar los secretos que los hacen únicos.