Argentina

¡Felices 115 años, Bariloche!

Bariloche es sinónimo de paisajes de encanto, imponentes, sea cual fuere la estación del año. Dice la historia, que como el resto de la Patagonia, por la década del ´20 era un sitio para aventureros y excéntricos. Aunque la llegada del hombre a esas tierras de Río Negro fue hace miles de años. Por ejemplo, los tehuelches exploraron la zona del Nahuel Huapi luego de las glaciaciones. Más adelante, hacia la segunda mitad del siglo XVII, llegaron los puelches y los pehuenches, y luego los araucanos, que absorbieron las costumbres y tradiciones de los primeros habitantes hasta finalmente extender su cultura por toda la Patagonia, cuando penetraron a través de los Andes hacia el este del territorio.

Pero fue recién a partir del año 1872 cuando se impulsaron las primeras exploraciones en vistas a lograr conquistar esta zona, por parte de las autoridades argentinas. Sobre 1880 el Ejército Argentino ocupó parte de los territorios indígenas.

A partir de 1892 fueron llegando los primeros pobladores blancos  oriundos de Alemania, sobre todo, y se fueron instalando en las costas del Nahuel Huapi. Uno de esos inmigrantes alemanes fue Carlos Wiederholdt, quien comienzaría con el comercio zonal, a partir de la construcción de su casa que luego dio paso a la formación del pueblo de San Carlos de Bariloche.

Alrededor del lago Nahuel Huapi –espejo de agua que se convirtió en ícono de la ciudad- los pobladores se dedicaban a la agricultura y la ganadería y junto a lo que hoy es la ciudad de Bariloche crecía el poblado, entre casas y ranchos de madera de ciprés y cohíues. Más adelante, también comenzaron a funcionar los aserraderos, herrerías y tambos, además de un incipiente intercambio con otras poblaciones de la zona, como Viedma y Carmen de Patagones.

Cuando a partir del 1900 se acerca una nueva corriente migratoria, esta vez desde Suiza, queda conformada la identidad heterogénea de la población zonal (presente hasta el día de hoy) en donde convivían y desarrollaban su vida, las familias y su cultura chilote, alemana, suiza e indígena.

Así llega a fundarse oficialmente como pueblo un 3 de mayo, hace 115 años.

Para festejarlo, hay un calendario de actividades que representa lo que unifica y más gusta: una comida al mediodía para compartir en comunidad.

Luego del desfile que participarán un centenar de instituciones, en el Centro Cívico habrá un guiso gigante a repartir para todos los que quieran acercarse. Se trata del tradicional guiso montañés que alcanzará para unas 18.000 porciones. La comida típica será la protagonista de la fiesta aniversario y la elaboración estará dirigida por el chef Pablo Quivén, acompañado por otros ocho chef profesionales y 50 alumnos de la Escuela de Hotelería. Los ingredientes principales son carne vacuna, cordero, papas, cebollas, zapallo y calabaza y el distintivo especial son hongos de pino ahumado.

Todos los ingredientes son aportados por la municipalidad y la logística estará a cargo de la Asociación Hotelera y Gastronómica. Las porciones serán compartidas entre los pobladores y otras se donarán a comedores y escuelas.

El marco serán las montañas que ya lucen nevadas entre cipreses y cohíues que aportan los amarillos y ocres del otoño contra el celeste turquesa del lago.