Argentina

En La Rioja ya late La Chaya que se apodera de la alegría cada febrero

(Por Patricia Veltri).

Con harina se acarician y se cubren como gesto de hermandad e igualdad.

La albahaca es la hierba que entrega la Pachamama para curar, perfumar, adornar y ahuyentar al diablo.

Evocan la historia de amor entre Challai y Pujllay en tiempos de los diaguitas que habitaron las tierras que conforman la provincia de La Rioja y agradecen los frutos que proveyó la Tierra Madre.

Así será otro año cuando todo el pueblo baile, cante y celebre desde el 13 al 17 de febrero durante la Fiesta Nacional de La Chaya.

Hubo una presentación oficial de la próxima edición de La Chaya 2020 a cargo del gobernador Ricardo Quintela y el Ministro de Turismo y Culturas, junto al “embajador cultural” Sergio Galleguillo, autoridades provinciales e invitados especiales, recreando la esencia y significancia de la fiesta popular más representativa de este pueblo norteño.

El gobernador Quintela, luego de la presentación, definió el sentimiento e invitó a vivirla: “La Chaya es para el riojano una celebración a nosotros mismos. En febrero todos somos Chaya. Me sumo, hoy como gobernador, como siempre lo hice desde que tengo memoria. Invito a todos los riojanos a sumarse porque es nuestra trinchera cultural para defender nuestra alegría y nuestro agradecimiento a la tierra que habitamos”.

La Chaya despierta la emoción de cada riojano cualquiera sea su residencia. Celebra la simbiosis del hombre y la naturaleza con rituales ancestrales, sumando el elixir del vino en esa mezcla de aromas de albahaca y harina en cada topamiento familiar, entre el Compadre y la Cuma entre vidalitas y coplas de carnaval. Ello es cuando el “cura” o hechicero guía a la muchedumbre invocando bendiciones, augurando buenas cosechas y ahuyentando a los malos espíritus.

La grilla de artistas se subirán al escenario montado en el Autódromo de la ciudad, incluye a Jorge Rojas en la apertura de jueves 13 de febrero; Abel Pintos (viernes 14), Soledad, Raly Barrionuevo y Dale Q´ Va (sábado 15), Luciano Pereyra (domingo 16) y el corona la celebración el lunes 17, Sergio Galleguillo. También habrá un cierre a cargo de la banda de cumbia santafesina, Los Palmeras.

Entre los músicos locales figuran Pedro Pablo Toledo, Ramiro Gonzalez, Emiliano Zerbini, Yohana Carrizo, La Morena, Josho Gonzalez, Flor Castro, Umbral Santiagueño, Chilecito Trio, Riojania, Bruja Salguero, Pica Juarez, Camila Fernandez, Belen Perea, Martin Molina Torres, Kike Alamo, Challay Huasi, German Nieto, Cristina Velasco, Gloria de la Vega, Antigal, Jorge Coria Peñaloza, Natalia Barrionuevo, Grupo Vocal Norte, Aguablanca, Toma Josho, Mariel Valdez, Juan Arabel, Pancho Cabral, Raul Minue, Manolo Puga, El Manzanazo, Sol Naciente, Valeria, La Previa.

Este año habrá una Pre Chaya que se llevará a cabo el 5 de febrero para el interior y el 12 para capital y nivel nacional, dando comienzo así al programa “La Rioja es Chaya en Febrero”.

La historia de amor entre Challai y Pujllay

Los diaguitas habitaban los valles y quebradas. Cada año luego de las cosechas, las tribus agradecían a la Pachamama -Madre Tierra, a la que también se llamaba Allpa Huama- sus frutos y bondades, principalmente de algarrobo, el árbol más importante de su economía.

Dice una leyenda que en una de estas tribus vivía una joven llamada Challai (Chaya), que era tan hermosa que los diaguitas creían que era un homenaje vivo a la Madre Tierra.

La hermosa Chaya se enamoró de un joven y rubio colono que pasaba junto a su familia por estos parajes. Para algunos el joven Pujllay, era un semidios. Quien fuese, resultó en un amor frustrado o no correspondido.

La niña, desengañada, huyó a las montañas y toda su tribu salió en su búsqueda. Cuando estaban cerca, Chaya se convirtió en nube a la altura de una quebrada y ascendió a los cerros. Pujllay, con su corazón partido, se emborrachó y cayó en un fogón, donde murió.

Cada año en febrero, la niña Challai vuelve convertida en rocío, para endulzar las flores del cardón, como una lágrima derramada por su amor perdido.

Este amor frustrado da el nombre de Chaya a la fiesta los riojanos recuerdan bajo el aroma de la albahaca y representan a Pujllay con un muñeco de trapo, desde su desentierro al inicio de la Chaya hasta su entierro o quema, que marca el último día de la fiesta.

Aunque hay otras leyendas, coinciden en que se remonta a los pueblos originarios, atravesó a los conquistadores españoles y se viven tres días de amistad y de alegría, de compartir y dejar de lado todas las penas.

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