Argentina

Cataratas del Iguazú inédita: sin agua y sin turistas

Por estos días de cuarentena por COVID-19 el Parque Nacional Iguazú luce diferente.

En pleno aislamiento social obligatorio en todo el país en el contexto de la pandemia de COVID-19, en el que los Parques Nacionales de Argentina permanecen cerrados al público, se conocieron imágenes de las Cataratas del Iguazú casi sin agua. En rigor, el único de los 275 saltos que permanece con relativo caudal es la Garganta del Diablo.

Las imágenes tomadas durante el último lunes 30 muestran el escaso caudal: mientras que el habitual promedia los 1.500 metros cúbicos de agua por segundo, en la actualidad se redujo a 280, transformando así en un paisaje diferente al que suelen ofrecer al público.

Según informó el guardaparque Nacional, Sergio Acosta, intendente del Parque Nacional Iguazú, “los motivos de este fenómeno, que no sucedía desde 2006, están vinculados a distintas causas. Una de ellas son las represas existentes sobre el río Iguaçu en territorio brasileño, que cierran sus compuertas con fines de generación de energía y riego, alterando así la circulación en el curso de agua. Esto se combina con otros factores como la falta de lluvias intensas en toda la cuenca de la zona donde nace el río Iguaçú, durante los últimos dos meses y el contexto global de cambio climático”.

La selva sin visitantes

Los guardaparques nacionales mantienen las recorridas por  las pasarelas y circuitos como parte de sus tareas de control y vigilancia durante el período de aislamiento social. Cuentan que allí también se registra un singular panorama en el que los sonidos de la selva se presentan con mayor nitidez debido a la ausencia de visitantes y el sensiblemente menor caudal de agua que cae por las Cataratas. También, dicen que la vegetación comienza a invadir espacio sobre las pasarelas, cerrando algunos senderos y espacios en los que días atrás circulaban los turistas.

A su vez, algunos animales como los coatíes y monos caí, que acostumbran a acercarse a las zonas de uso público a la espera de alimento (pero que está prohibido tirarles), se mantienen en la selva buscando frutos, lombrices, insectos y otros recursos alimenticios brindados por el monte, como sucede en rigor en su mundo natural sin presencia de humanos.

El guadaparques Acosta, señala que “en este sentido, hay que tener en cuenta que el promedio diario de visitantes del Parque Nacional Iguazú es de cinco mil personas, superando  el millón y medio de visitas en un año. Esto evidencia lo que representa el cierre al público del área protegida en el contexto actual: una enorme disminución del ruido y la circulación, ausencia de movimiento de trenes y lanchas bajo los saltos, de tiendas comerciales y de cientos de personas recorriendo las pasarelas de manera continua”.

Aún en estos tiempos de cuarentena, la Administración de Parques Nacionales sigue trabajando todos los días en la conservación y resguardo de los valores naturales que alberga el parque junto a las Cataratas del Iguazú, de modo de garantizar a los visitantes el goce de este patrimonio nacional y mundial una vez que finalice el período de aislamiento.

El intendente del Parque Nacional Iguazú, Sergio Acosta, invita a pensar: “Mientras tanto, la coyuntura ofrece una oportunidad para reflexionar acerca del cuidado de estos recursos y las alteraciones inducidas por la presencia humana, construyendo nuevas formas de vincularse con los entornos naturales desde el respeto y la sostenibilidad”.

 

 

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