Córdoba

La Cumbre recrea el legado inglés del five o’clock tea con un recorrido de sabores y costumbres

Un CircuiTé integrado por 17 casas de té, ofrece la experiencia de una merienda según las tradiciones. Se viene un evento de tres días para sumergirse en el mundo de la infusión.

(Patricia Veltri).-El bocinazo ronco y potente del Ford T, modelo 1923, negro reluciente e impecable, conducido por un señor de traje e impermeable, marca el comienzo de una experiencia sensorial desarrollada el sábado 12 como preludio a la edición del Five O’Clock Tea de La Cumbre. 

La caravana de los doce vehículos miembros de la Asociación Argentina de Autos Antiguos parte justo del sitio donde empezó todo en la localidad cordobesa del valle de Punilla: la estación del ferrocarril del ramal del Tren de las Sierras, en 1892.

Los ingenieros ingleses contratados para la construcción, los demás operarios, y sus esposas, también habían traido consigo las costumbres y tradiciones, como la merienda servida a las cinco de la tarde, desplegada sobre mesas con vajilla de porcelana, té en hebras, scones, budines, manteca y mermeladas caseras. Una tradición conocida como el five o’clock tea, nacida en la corte inglesa y trasladada a toda la sociedad británica. 

Esa costumbre que se mantenía en las casas de aquellos pobladores inmigrantes, se incorporó con el tiempo a las reuniones sociales de la elite local en los salones del Hotel Cruz Chica, inaugurado por un inglés y que ya por el 1900 era epicentro de fiestas y bailes de la clase alta. Las tertulias dieron lugar a la idea de contar con una institución deportiva y social con sello de identidad. Y así fue que en ese hotel se firmó el acta fundacional de La Cumbre Golf Club, el 26 de abril de 1924. Su primer socio honorario fue el Dr. Julio Argentino Roca (h), por entonces gobernador de Córdoba.

Con el tiempo, el five o’clock tea fue impulsado por las damas como un ritual de los sábados en el muy señorial salón del club house del Golf. 

El gerenciador gastronómico del Golf, Mariano Monserrat, recuerda: “Esa tradición se mantuvo hasta fines de 1980, con las señoras más longevas. Yo era por entonces administrativo. Primero llegaban las señoras y sus invitadas con ropa muy elegante y después se incorporaban los hombres. Ellos también se vestían muy elegantes, como el señor”, -dice Monserrat, señalando a Alfredo Civalero, propietario y conductor del Ford T de la caravana hacia el CircuiTé-. 

“Mientras compartían el té, entre ellos hablaban en inglés. Pero esa costumbre, ya había quedado en el pueblo como tantas cosas que nos legaron los ingleses a La Cumbre y todo Punilla. Ellos fundaron colegios y los deportes que practicábamos eran rugby, tenis, salto en largo; y por supuesto, la enseñanza del idioma”, rescata Mariano Monserrat sentado a una mesa del Golf que recrea el tradicional five o’clock tea, servido por Julieta (capacitada por la master tea sommelier Jimena Ardita) con dos tipos de blend en hebras, budines de banana y limón, scones, manteca y mermelada de durazno. 

El CircuiTé está integrado por 17 casas de té que además de la forma tradicional, imprimen su propio estilo en base a repostería, pastelería y sandwichitos salados. Están abiertas todo el año. El listado con un plano de ubicación está disponible en la oficina de Turismo que funciona en la estación de trenes de La Cumbre. 

La experiencia es mucho más que un té, se trata de un viaje mágico a través de los sabores y un estilo que transporta en el tiempo que comenzó a gestarse el Poblado Histórico de La Cumbre. 

Para agendar 

El Five O’Tea de La Cumbre será los días 18, desde las 17; 19 y 20, de 14 a 21, con entrada libre y gratuita, en Sala Caraffa (Pasaje Tassano 55). Habrá más de 30 expositores, degustaciones, venta de productos relativos al mundo del té, charlas, masterclass y elección del mejor scone. 

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