Las vacaciones de invierno en el país dejaron un balance inferior a las del año pasado
El impacto económico fue de $1,5 billones, equivalnte a US$1.163 millones, según el informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.
Las vacaciones de invierno 2025 en Argentina dejaron un balance inferior a las del año pasado, cercano al 11 por ciento, según estimaciones difundidas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En total, viajaron 4,3 millones de turistas durante el receso de mitad de año. La mayoría de las provincias estuvieron por debajo del invierno pasado. Entre los factores que se consideran figura la caída de turistas internacionales.
De acuerdo con los datos de CAME, el gasto promedio diario por turista rondó los $89.000 y la estadía media fue de 3,9 días.
El movimiento turístico medido en porcentajes indicó que fue de 10,9% menos que el año pasado y el impacto económico fue un 11,2% menor a 2024, medido a precios constantes.
El gasto total estimado fue de $1,5 billones sumando las ciudades que integran el circuito turístico nacional.
Si bien el informe elaborado por el sector Turismo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) sólo contabilizó turistas que pernoctaron en un destino al que viajaron, cabe destacar que hubo un número considerable de excursionistas que se desplazaron por todo el país.
La estadía media bajó de 4,1 días en 2024 a 3,9 este año y el gasto diario promedió los $ 89.236, que a precios reales (es decir, descontando la inflación), resultó un 4,8% superior al año pasado.
Un dato que anticipó la mayor tendencia a viajar fuera del país fue el Hot Sale de mayo, donde más de la mitad de las ventas fueron a destinos internacionales. Además, según el último informe del INDEC, los viajes internacionales crecieron 67% interanual en el primer cuatrimestre del año.
Sin embargo, hubo efectos positivos como el escalonamiento de las vacaciones escolares, que permitió tener movimiento durante las cuatro semanas del mes de julio y evitó la sobrecarga de las rutas nacionales. Además, le dio a la gente un abanico más amplio de opciones de alojamiento para mejorar precios.
Los viajeros se inclinaron por opciones de montaña, nieve, termales y turismo rural.
Este año sobresalieron destinos tradicionales como Bariloche, Puerto Iguazú, los valles y las sierras cordobesas, Ushuaia, San Martín de los Andes, Villa La Angostura, Mendoza, Salta, El Calafate y los complejos termales de Santiago del Estero y de Entre Ríos.
Los destacados de este invierno
El termalismo fue el gran refugio del frío: las termas de Río Hondo y de Entre Ríos registraron alta demanda, consolidando al turismo de bienestar como una opción fuerte fuera del verano.
En cuanto a comportamiento, se notó mayor inclinación hacia las propuestas culturales y menos consumo. Museos, ferias locales y funciones teatrales gratuitas fueron el plan elegido por muchas familias para abaratar salidas. En provincias como Salta, Tucumán, Córdoba y Buenos Aires se multiplicaron las actividades sin costo, con aforos llenos.
La escasa y tardía llegada de la nieve generó incertidumbre en destinos de cordillera, especialmente en Mendoza, Neuquén y Río Negro. Hubo cancelaciones durante la primera semana de julio, ya que la nieve de junio no fue suficiente para activar muchas de las pistas. Sin embargo, esa situación se fue normalizando con el correr del mes, dejando operativas a la mayoría de las pistas.
Los globos aerostáticos en Tucumán se convirtieron en un fenómeno inesperado. Por primera vez, los turistas pudieron sobrevolar los valles Tucumanos en globo aerostático como parte del festival “Julitos y Julietas”, en la localidad de Yerba Buena. La experiencia se volvió viral en redes sociales y se consolidó como una de las propuestas más originales del receso invernal.
Se individualizó como tendencia el “turista termómetro” ya que las búsquedas online sobre “dónde está nevando en Argentina” o “clima en Bariloche hoy” escalaron posiciones en Google durante julio, confirmando que el clima fue el principal disparador de reservas para la temporada invernal.
Un rasgo que se consolidó este invierno fue la figura del viajero de último momento, una tendencia que ya se venía observando en temporadas anteriores, pero que en 2025 se profundizó notablemente. En un contexto de alta incertidumbre económica y con cambios constantes en los hábitos de consumo, muchos turistas optaron por tomar decisiones sobre sus viajes con escasa anticipación, priorizando la flexibilidad, las promociones puntuales y las condiciones climáticas al momento de definir su destino.