Esquel en seis imperdibles para seis días
Naturaleza, cultura de pueblos originarios y pioneros galeses, más aventura, se combinan en la ciudad patagónica de Chubut, destacada por su hospitalidad y sabores regionales.
Enmarcada por la cordillera de los Andes, en la provincia de Chubut, Esquel se distingue por los paisajes de lagos, montañas, estepa, y colores que varían según la estación del año. La vida está dada por una cultura arraigada de pueblos originarios y pioneros galeses. De todo ello combinado, surgen seis imperdibles para disfrutar durante una estadía de seis días.
Como bonus, un dato: Esquel adhiere al programa de Cuota Simple que permite financiar el viaje en tres y seis cuotas fijas.
1- Parque Nacional Los Alerces
Se trata de un escenario natural majestuoso donde crece un alerzal milenario entre lagos cristalinos. Un paseo en barco por el Lago Menéndez para contemplar el bosque de Alerces o una caminata por el sendero para observar los rápidos del río Cisne transportan a un mundo de serenidad y belleza natural que proporciona altas dosis de bienestar.
El bosque está conformado por ejemplares jóvenes y antiquísimos como “el Abuelo” también conocido como Lahuán – el que guarda toda la sabiduría- un alerce de 2.620 años y 60 metros de altura. Menos accesibles, en zonas de Reserva Estricta del Parque, se esconden otros más antiguos que podrían superar los 4.000 años de edad.
Adentrarse en los ríos patagónicos permite acceder en kayak a rincones alejados a los que solo es posible llegar a través del agua.
Es una actividad más que atractiva para explorar el corazón del Parque Nacional Los Alerces, Patrimonio de la Humanidad desde 2017 y paso obligado para los que visitan Esquel.
2- Sabores Patagónicos
El alma de Esquel se descubre a través de sus sabores auténticos y sus platos regionales. Acogedores restaurantes en ambientes donde predomina la madera y parrillas con vistas de postal, se convierten en escenarios perfectos para que los protagonistas se luzcan: cordero patagónico, frutos del bosque y quesos artesanales son algunos de ellos.
La fusión de influencias de los pueblos originarios y de los inmigrantes se puede descubrir y saborear en Esquel a través de los salmónidos, el ciervo y el cordero, infaltables en los platos típicos de la región.
Las chocolaterías artesanales de Esquel ya tienen listas las vitrinas para Semana Santa con los mejores chocolates en los que se encuentran variedades con almendras, nueces, maní, avellanas, castañas, pasas, ciruelas, higos, caramelo, menta, entre otros.
Las delicias galesas, dulces o saladas, acompañadas por la cervecera artesanal, forman parte de las experiencias más destacadas por quienes visitan estas tierras. En el centro de la ciudad se puede disfrutar de la célebre cerveza negra con frambuesa, una variedad intermedia entre la Stout y la Porter, que se recomienda acompañar con chocolates y ahumados. Una alternativa para disfrutar de sabores especiales con una baja graduación de alcohol y una singular acidez, aroma y sabor provenientes directamente de la frambuesa.
3. La Trochita, viejo Expreso Patagónico
Un viaje surcando la estepa como lo hacían antiguamente los habitantes de Esquel, es una verdadera aventura a través del tiempo sobre un tren de más de 100 años recorriendo la historia de la región y la vida de su gente.
La Trochita, también conocida como el viejo Expreso Patagónico, ofrece un recorrido muy especial desde la ciudad de Esquel hasta la estación Nahuel Pan, una pequeña comunidad mapuche tehuelche con museo para aprender acerca de sus tradiciones y costumbres.
El recorrido turístico del tren -que originalmente abarcaba 402 kilómetros y funcionaba como tren de carga y pasajeros- parte de Esquel y recorre 18 kilómetros hasta Nahuel Pan, ofreciendo a los turistas la oportunidad de disfrutar del paisaje junto a la cordillera de los Andes. La Trochita es una reliquia viviente de una historia llena de aventuras y anécdotas y su recorrido turístico, una experiencia mágica que permite a los viajeros disfrutar de la belleza de la estepa patagónica y de la comunidad de Nahuel Pan. El recorrido dura aproximadamente 3 horas y durante la Semana Santa habrá salidas los días jueves, sábado y lunes a las 10 de la mañana.
Dato importante: el tren es accesible ya que cuenta con un vagón adaptado con rampas para sillas de ruedas. También, es Pet Friendly: esto es, se permite viajar con mascotas convirtiéndose en el primer servicio turístico recreativo de la Argentina que sigue las tendencias mundiales que incorpora esta la modalidad.
4. Laguna La Zeta
Para aquellos que buscan desconectar y disfrutar de la naturaleza, la Reserva Natural Urbana Laguna La Zeta es una opción ideal. Con sus senderos para caminatas, espacios para picnic y actividades al aire libre, este santuario natural invita al relax en medio de un paisaje bucólico de espejo de agua y montaña.
Se practican deportes acuáticos -como kayak y SUP en verano- y la pesca de diversas especies durante todo el año. Además, se ofrecen servicios de alquiler de bicicletas para los turistas y propuestas gastronómicas especiales para disfrutar en el entorno natural de la reserva. La Laguna La Zeta, integrada a la cuenca de la que forma parte, es un verdadero paraíso natural sostenible, cuidado y respetado por la comunidad todo el año.
5 – Sitio Geológico ANP Piedra Parada
La imponente formación rocosa de Piedra Parada, es un sitio geológico de singular belleza y misticismo: invita a la contemplación, la conexión con la tierra, la renovación de energías y la admiración frente a la huella del tiempo en la naturaleza.
Al cruzar el río Chubut, a pocos metros de la piedra, se ingresa al Cañadón de la Buitrera, de seis kilómetros de largo, flanqueado por paredones de 150 metros de altura que van disminuyendo gradualmente a medida que se avanza hacia el interior del área. Esas paredes contienen rutas de escalada, cuevas y son el hábitat de aves, reptiles y roedores locales como el chinchillón.
Apenas se comienza a caminar por el lugar, se percibe una energía especial, sus primeros habitantes eligieron ese espacio para vivir de paso y documentaron sus costumbres a través de las pinturas rupestres. En el cañadón de la buitrera se pueden encontrar muy fácilmente fósiles de una gran diversidad de flora y fauna prehistórica, troncos petrificados, además de impresionantes formaciones rocosas, producto de la erosión.
Es un lugar ideal para la práctica de actividades como escalada, trekking, mountain bike y pesca deportiva. También se pueden realizar caminatas para explorar el entorno natural y sumergirse en la belleza escénica de la zona.
El área natural protegida Piedra Parada se encuentra sobre la Ruta Provincial 12, a 130 kilómetros de Esquel.
Dato importante: es posible acceder desde la ruta y con medios propios, pero se quiere conocer cada detalle y los secretos de la región, por eso, conviene contratar una excursión guiada.
6 -Ruta 259
Explorar la riqueza cultural y paisajística del valle de Esquel a través de la Ruta 259 es una gran opción para los amantes de los relatos de antiguos pobladores y los saberes ancestrales que cobran vida en cada rincón.
En el recorrido por la Ruta 259 desde Esquel se pueden disfrutar diversas actividades que combinan historia, producción, sabores y paisajes.
Algunas de las experiencias incluyen visitas a establecimientos productivos como los viñedos que están cambiando el mapa del vino en la Patagonia y donde embotellan Pinot Noir en versión rosada, tinto tranquilo y con crianza en barricas, espumosos y blancos acerados (algunas pocas botellas de Chardonnay y Gewürztraminer pueden consumir in situ)
La Estación de Piscicultura “Arroyo Baguilt”, una de las más importantes del país, integra un corredor inigualable junto al paraje de Los Cipreses, el mundialmente conocido campo de tulipanes en octubre, los viñedos y las emblemáticas cascadas “Nant y Fall”.
También se puede explorar la rica herencia galesa de la región, visitar el pintoresco Molino Harinero Nant Fach en un predio cargado de historias sorprendentes o saborear un tradicional Te Gales .
Las cabalgatas -o un encuentro con los caballos- es otra sugerencia para los viajeros en búsqueda de experiencias diferentes. Cabalgar por tramos cortos, una travesía por los valles cordilleranos o simplemente aprender y conectar con el maravilloso mundo ecuestre son algunas de las posibilidades de disfrute de la región.
Esquel ofrece un abanico de experiencias que cautivan los sentidos y el espíritu y promete un fin de semana XXL que dejará huella en quienes buscan vivir la auténtica esencia de la Patagonia argentina.