Día del Malbec: viajar a través de un vino
(Por Patricia Veltri).- Se puede viajar a través de una copa de vino: traslada a viñedos, a suelos, a climas templados por el sol de día o tal vez fríos de noche por la altitud, a valles y montañas. Sumado a la mano del hombre, todo eso compone el terroir, que al cabo de un tiempo natural y un proceso, resultarán en un sabor único, con identidad y para descubrir en los paladares.
El vino es la Bebida Nacional argentina y Malbec es la variedad bandera que representa al país y celebra su Día Mundial el 17 de abril.
Actualmente hay plantadas casi 45.000 hectáreas de esta uva, desde Jujuy hasta Chubut.
Pero además de saborear los vinos que llegan envasados, se puede conocer acerca del proceso de elaboración y recorrer las fincas y bodegas que ofrecen el servicio de enoturismo.
Es el caso de la bodega Valle de La Puerta, ubicada en el Valle de Famatina, a más de mil metros sobre el nivel del mar y rodeada por las sierras Velasco y Famatina, en la provincia de La Rioja, que se desprenden de la imponente cordillera de los Andes.
Para viajar desde la ciudad capital hay que recorrer unos 165 kilómetros para llegar a Vichigasta, en el departamento Chilecito. Sobre la Ruta Nacional 74 está la entrada a la bodega: un arco y un largo camino arbolado a cada lado conduce hasta el corazón de la finca.
En verano el calor es abrasador pero el verdor de viñedos y olivares tupidos, en encontraste con un cielo profundo y límpido y el horizonte atravesado por cordones montañosos con sus cimas nevadas, es la recompensa a cualquier sofocón.
Los visitantes son recibidos por una guía de turismo y supervisando todo con suma hospitalidad está la señora Alicia Páez, gerenta del producto Enoturismo.
Entre las 4 mil hectáreas de campo de la finca se reparten 150 con plantaciones de vides y 770 de olivares. Los primeros cultivos datan de 1994 y se distribuyen según la variedad en un suelo que se define como de muy buen drenaje y a simple vista parece como arenoso y levemente rojizo. El clima semi árido hace que en verano los días sean calurosos y secos, y noches algo frescas y con aire puro.
A pesar de las características extremas del valle de Famatina, hay muchos varietales que prosperan y responden con una expresión única e intensa. La cepa por excelencia de La Rioja es el Torrontés.
La bodega Valle de La Puerta fue construida en 2002 según las exigencias de la vinificación moderna, con tanques y equipamiento de acero inoxidable, adecuado enfriamiento y refrigeración, prensa neumática, temperatura de fermentación controlada, cultivos puros de levadura y uso de gas inerte.
Esta tecnología permite desarrollar vinos de alto perfil y un óptimo control de calidad.
La recorrida guiada por el establecimiento de elaboración se puede combinar con paseos en bicicleta rodeando las hileras donde crecen las vides y los olivares repletos de uvas y aceitunas, respectivamente. El ritmo para cada circuito lo impone cada uno, según la tentación de parar para tomar imágenes de los paisajes que se van sucediendo y el ejercicio de imaginación que dispara saber que ese suelo fue originalmente habitado por los indios diaguitas a quienes se les debe la leyenda que identifica a La Rioja. Esa historia oral ancestral tiene por protagonistas a la bella Challai y al joven Pujllay que dan origen a la celebración de La Chaya Riojana cada año en el mes de febrero, cuando es tiempo de vendimia.
El broche de oro para la visita es una degustación. Entre los varietales y las etiquetas de la bodega figura el malbec La Puerta Alta, que es para rendirle honores. Es un vino que resulta de la mejor fruta, obtenida de vides regadas por goteo, podadas a mano y cultivadas en parral para lograr su óptima madurez. Es de color rojo rubí brillante, con notas aromáticas frutales como ciruelas, frambuesas y moras, y un toque de moca y vainilla. En boca es suave y sedoso, con sabores a frutos rojos y taninos redondos que conducen a un final largo y elegante. También, destaca La Puerta Reserva Malbec, una línea que se produce con uvas cuidadosamente seleccionadas y cosechadas a mano. De color rojo intenso y brillante, con tonos violáceos; ofrece aroma a frutos rojos con notas tostadas que denotan su paso por roble. En boca es complejo, bien estructurado y de gran cuerpo, con un largo final. Sus taninos redondos marcan su presencia y le confieren un carácter único.
Así es que los aromas y sabores entran por la boca y la nariz y llevan una y otra vez, a viajar por esos paisajes recorridos o imaginarios.
Datos útiles:
☞ Email: aliciapaez@valledelapuerta.com
☞ Teléfono celular: 3825 15 52-6467