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Trevelin: un arcoiris formado por tulipanes de 27 colores

Octubre es el mes de la floración en la comarca de Chubut, con los picos nevados de la Cordillera de los Andes de fondo.

(Texto y fotos, especial Sonia Renison).- La pandemia no pudo con la primavera floral que cada octubre se abre en forma de arco iris en los campos de tulipanes “Plantas del sur”, en la localidad de Trevelin, en el Oeste de Chubut, Patagonia argentina.

“Este año, hicimos la apertura de la temporada de tulipanes el sábado 3 de octubre y transmitimos en vivo cada día por internet”, explica Juan Carlos Ledesma, que dedicó su vida al campo y que en su chacra cultiva tulipanes para la producción de bulbos que vende y exporta.

Son veintisiete variedades de tulipanes que pueblan poco más de tres hectáreas de la chacra y es el mes de octubre la cita de su floración que lo convierte en destino. Después de la rosa y el crisantemo, es la tercera flor más vendida del mundo.

Quienes trabajan con esta flor, cuentan que de tanto color se puede sentir música. Este año 2020, la apertura de la temporada que apenas dura un mes, se hizo en forma virtual, aunque para los trevelinenses, ha sido la propuesta más novedosa de la temporada en este campo ubicado a 12 kilómetros del centro del pueblo. 

Vecinos de Esquel y con la fuerte historia galesa en sus tierras, la nieve de este año no les permitió lucirse como temporadas pasadas donde los turistas llegan para esquiar en el cerro La Hoya, pero la revancha con los tulipanes y excursiones a la Reserva Natural Cascadas de Nant y Fall, cabalgatas en la región, senderismo y los restaurantes y casas de té (con despliegue de pasteles, scones, manteca salada y tartas con dulces caseros), son pilares de los atractivos de este destino.

“Plantas del Sur” es un paraíso de colores, la forma radial que integra el paisaje con las hileras de flores, el cielo turquesa y el horizonte donde se recortan las montañas con sus picos nevados, es un espectáculo. Quizás, al mirar las fotos las personas de emocionan, pero estar en el lugar, significa mucho más. Es una experiencia para vivir una vez en la vida, al menos.

Las flores dibujan un arco iris sobre la tierra y para los amantes de las flores, dicen que la alegría y la paz de contemplar este campo florido renueva el alma.

Las veintisiete variedades de colores que forman hileras de hasta 400 metros hasta el horizonte son de color negro, violeta, rosado, blanco, rojo, amarillos, lilas, jaspeados, dobles, simples, los hay de todas las formas y tonalidades. Y  permanecerán así hasta los primeros días de noviembre cuando culmina el ciclo de la floración.

La gente se acerca y camina entre las hileras. Este año, los senderos están señalizados en detalle y son anchos para poder aplicar el protocolo que impone el momento.

“Hizo un poco de frío -contó el dueño del lugar, Juan Carlos Ledesma- pero los vecinos de Trevelin y Esquel igual vinieron.

“Este año diseñamos un sendero interpretativo donde los visitantes pueden seguir los datos y explicaciones del ciclo del tulipán”, contó Ledesma a Estación Trip y añadió que además, “dispusimos dos hectáreas junto la plantación y recomendamos a la gente que viene con su auto que traiga sus reposeras por si quieren descansar y es tan abierto que se puede cumplir con los protocolos de distanciamiento”, explicó.

Incluso se integró en esta edición 2020 el restaurante “Rincón del molino” donde el chef prepara platos a pedido de los visitantes.

“Este año no es ideal -destacó el Secretario de Turismo de Trevelin, Juan Pablo Peralta- pero mucha gente se acercó a la inauguración el primer fin de semana de octubre, cuando participaron unas 150 personas y a medida que abran cada vez más las flores sabemos que vendrán más personas”, contó.

Mate, caminata o simplemente mirar, son parte del abanico “slow” que ofrece el campo de tulipanes y parece mentira, que sólo sea un mes, octubre, el momento especial para su contemplación.

Juan Carlos que empezó con esta actividad en 1996, cada octubre siente en las primeras flores la misma alegría que percibe la gente que lo visita.

Hay detalles imperdibles en este campo de tulipanes. Y en la sencillez de la visita, uno sale hecho un experto. Los más grandes son de color amarillo (del tamaño de una rosa) y son los únicos que tienen perfume; la variedad se llama Montecarlo. Y al caminar junto a esta hilera, invade el aroma.

El tulipán más pequeño es de color rosa suave, con vetas blancas, es la “Angelique”, de doble pétalo y muy delicada, como angelical.

Los colores rojos simples o de doble pétalo, son impecables, lo mismo que las flores de color salmón, anaranjado, pero quizás por su rareza hecha flor, los tulipanes “negros” atrapan las miradas.

El trabajo en el campo de tulipanes es durante todo el año porque se prepara la tierra, se planta en mayo y abril, luego se produce la floración que al finalizar se cortan las “copitas” y al término del verano se cosechan unos 3,5 millones de bulbos.

Si hablamos de tallos, pueden medir entre 20 y 70 centímetros de altura, según la especie. Lo que convierte a la plantación en un mar de tulipanes.

En la etapa final de producción, se desentierran los bulbos. Como tardan tres años en alcanzar el tamaño ideal para su comercialización, un porcentaje queda en guarda hasta ser plantados para el año siguiente y volver a cumplir su ciclo. 

Cada temporada (antes de la pandemia) la gente llegaba de todas partes de la Argentina para caminar o simplemente sentarse a contemplar. Hay quienes filman, sacan fotos o pintan cuadros, Algunos hasta piden permiso para hacer yoga o acarician las flores.

Los tulipanes se han convertido en un atractivo pero también en un símbolo de Trevelin.

Juan Carlos Ledesma es la quinta generación de galeses que llegaron para poblar estas tierras chubutenses y su fortaleza quizás sea parte de la herencia de Cadfan Hughes, el abuelo materno, uno de los primeros colonos que arribó en el Mimosa en 1865 a las costas de Puerto Madryn: “dicen que al ver la costa y mientras acomodaban los botes, él se arrojó al mar y llegó nadando. Fue uno de los primeros pisar esta tierra”. Se ríe.

Historia de los tulipanes

La razón por la que se vincula la historia de los tulipanes con Holanda, en los Países Bajos es porque allí surgió el boom económico que trascendió como “Tulipomanía”.

Fue por 1593 cuando el botánico Carlus Clusius ingresó a ese territorio los tulipanes para estudiarlos y adornar los jardines del emperador Maximiliano y en una década se impusieron como una moda en jardines, ornamentación y parques.

Más tarde también se consideró que ese boom de los tulipanes se convirtió en negocio y para muchos fue la primera crisis económica que explotó por la gran especulación que se generó.

Se vendían y compraban los derechos a un bulbo. Llegó a costar 1.000 florines las cuatro decenas de bulbos cuando el salario anual en promedio de un artesano era de 200 florines, incluso algunos nunca veían el bulbo. De manera que cuando se registró una mala cosecha por factores climáticos, se rompió la cadena de cumplimientos, estalló la burbuja, y en 1637 se registró la primera crisis económica de la época moderna, hecho que describe en el libro de Charles Mackay “Delirios Multitudinarios: La Manía del Tulipán y Otros Mercados Enloquecidos”.

De todas formas, los Países Bajos concentran hoy el 87 por ciento del área cultivada de tulipanes a nivel mundial y la flor es un símbolo allí y en Irán y Turquía desde donde se llevó la planta a Europa.

En el mercado mundial de flores, el tulipán es la tercera flor más vendida luego de la rosa y el crisantemo y guarda para algunos naturalistas, estudiosos y apasionados su simbología de acuerdo al color de sus pétalos como el rojo, con el amor; el rosado, con el afecto sincero, como la amistad; el blanco con la pureza; el amarillo se lo relaciona con la alegría y el buen ánimo y mientras que las tonalidades varias, con la juventud.

Es en las formas y colores de las flores donde se puede recuperar la alegría, dicen los expertos, es que se le acreditan gran energía y en un campo lleno, se convierte en energía revitalizadora. Más para quienes las admiran, las sienten y pueden regalarlas.

Para mayor info:

Se llega por Ruta 259. La chacra está a 5 kilómetros de las cascadas de Nant y Fall, cerquita de Trevelin. Chubut por la Ruta 259 y a 43 kilómetros de Esquel.

Fanpage Tulipanes Patagonia; tulipanestrevelin@gmail.com

www.trevelin.gob.ar; www.trevelin.tur.ar

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